Todos conocemos la importancia de la educación. A lo largo de los años hemos visto cómo se ha intentado todo para mejorarla y adaptarla a un determinado contexto temporal y cultural. Sin embargo, ¿es este modelo de educación el más adecuado para que las personas se desarrollen y obtengan calidad de vida?
Con esta pregunta comienza el documental “La Educación Prohibida”. A través de declaraciones de educadores y profesionales a favor de un nuevo modelo de escuela y de una película en la que varios alumnos de instituto intentan luchar por cambiar el modelo actual, el documental hace un repaso de la historia de la educación, de su presente y de su futuro. Se estudian los puntos flacos de la educación actual y se proponen nuevos modelos.
El documental comienza comentando los orígenes del sistema educativo. Los comienzos de la educación entendida como en la actualidad (pública, obligatoria y gratuita) se remontan a la antigua Grecia. Sin embargo, no es hasta el siglo XVIII, con el Despotismo Ilustrado, cuando surge la educación actual: nace el modelo prusiano, basado en castas y clases, que buscaba crear súbditos obedientes preparados para la guerra. De este modelo copiamos muchas nociones de la escuela actual, como las calificaciones; los exámenes; el sistema de castigos y premios; los alumnos vistos como meros números… Es una educación en la que prima la competencia y que va en contra de los valores humanos. Este modelo se expandió por todo el mundo izando la bandera de la libertad, a pesar de tener sus orígenes en el despotismo. La educación empezaba a entenderse como un proceso mecánico y administrativo, un lugar para crear trabajadores.
Tras este repaso histórico, el video se centra en el modelo actual, el cual definen como un sistema totalmente deshumanizado, que tiende hacia la homogeneidad y cuya misión es construir una serie de niños idénticos, con los mismos conocimientos. Es un sistema selectivo y separatista, que elige qué niños acudirán a la universidad y cuales se tendrán que conformar con un trabajo precario. Se centra en impartir unos conocimientos generales, iguales para todos, olvidando las preferencias de cada persona. Además, insiste en una educación estricta y regulada, donde los alumnos deben seguir unas reglas previamente establecidas. Surge así otra pregunta: ¿qué ambiente educativo estamos ofreciendo a los niños?
La manera en la que se enseña a los niños no les motiva a aprender. Este sistema hace que aprender sea un proceso fastidioso y rutinario, y está demostrado que todo lo que aprendemos acaba por olvidarse si no lo hacemos de forma voluntaria. Además, es visible una desconexión total de la escuela: la realidad cambia, pero los métodos y enseñanzas prevalecen. El documental explica que a mediados del siglo XX se intentó cambiar el sistema educativo, tratando de convertir el aprendizaje en un proceso más autónomo, dinámico y libre. Sin embargo, la propuesta fue rechazada.
Se ha insistido en ordenar el aprendizaje cuando se ha demostrado que este proceso no es lineal, ya que en él intervienen gran cantidad de factores como el entorno, la situación personal, las emociones… Además, existe una tendencia a forzar el alcance de unos objetivos preestablecidos en un determinado tiempo (cursos, asignaturas…) en contra del aprendizaje libre y a un ritmo personalizado. La escuela actual pone el énfasis en los resultados (aprobar un examen, acceder a estudios superiores…), pero la verdadera motivación del alumno debería estar en el camino, es decir, en el propio proceso de aprendizaje.
Otros profesionales opinan que este modelo de educación se basa en la idea de que los niños están vacíos: se les puede reformar, son objetos de estudio de la sociedad… La capacidad de crecimiento y aprendizaje es innata y no necesita la intervención externa, tan solo un entorno favorable.
Sin embargo, el modelo actual basa la educación en la intervención del maestro en el aprendizaje, poniendo restricciones y castigando cuando los objetivos no se cumplen. De esta forma, nace el miedo y el rechazo al colegio. Comparan el sistema educativo con el movimiento conductista del 1913, mediante el cual se realizaban experimentos con animales para modificar su conducta a través del miedo. Para estos educadores, lo ideal sería no motivar al niño, sino que fuesen ellos mismos los que eligiesen qué quieren estudiar, qué es lo que verdaderamente les atrae. Se comenta también el temor de los profesores a que la libertad genere indisciplina; ignoran que cortando las alas a los estudiantes se favorece que no tengan voluntad propia.
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