martes, 29 de octubre de 2013

ABEJAS USAN UNA ESPECIE DE PILOTO AUTOMATICO PARA ATERRIZAR

Las abejas cuentan con un autopiloto que las ayuda a aterrizar con suavidad, según científicos.


ABEJAS USAN UNA ESPECIE DE PILOTO AUTOMATICO PARA ATERRIZAR

SIDNEY.- Pese al pequeño tamaño de sus cerebros y la configuración de sus ojos, distinta a la visión binocular de animales superiores que permite calcular mejor las distancias, las abejas son capaces de lograr aterrizajes perfectos en las flores gracias a una suerte de "piloto automático" biológico que poseen.

La conclusión surge de un estudio conocido en Australia en el que se analiza dicha habilidad de estos insectos sociales, con el objetivo de desarrollar nuevos sistemas de aterrizaje para robots aéreos autónomos.

El neurocientífico australiano Mandyam Srinivasan, de la Universidad de Queensland, analizó con su equpo la habilidad para aterrizar con precisión de las abejas, que tienen un cerebro del tamaño de una semilla de sésamo.

Con ese fin, los investigadores utilizaron cámaras de alta velocidad para grabar los descensos de las abejas en sus panales y, posteriormente, calcular las diferentes velocidades utilizadas en distintos puntos de la trayectoria aérea.

Srinivasan, citado por la cadena local ABC, explicó que cuando una persona se acerca hacia un objeto, éste parece cada vez más grande. Si el movimiento se da a un índice constante, entonces aumenta de tamaño con mayor velocidad y a un índice exponencial, a medida que se aproxima más.

Las abejas no permiten que esto suceda porque graduan su velocidad, reduciéndola a medida que se acercan al objetivo. Así consiguen que su rapidez al volar sea proporcional a la distancia del punto de aterrizaje.

"Si la distancia se duplica, las abejas aumentan su velocidad de acercamiento al doble", agregó el científico, quien consideró este mecanismo de regulación como un "hermoso autopiloto automático".

Para aclarar el caso, los especialistas utilizaron una pista de aterrizaje con el diseño de una espiral giratoria, con el fin de alterar la impresión del tamaño del objetivo según el ángulo de aterrizaje. En algunos casos, dicho diseño provocó que las abejas frenaran o aceleraran hasta estrellarse en la superficie.

Actualmente, Srinivasan y sus colegas intentan aplicar estos conocimientos para desarrollar sistemas de aterrizajes para aparatos voladores autónomos que no dependan de radares o sonares para la riesgosa maniobra de tomar tierra, difícil de realizar incluso para pilotos humanos.

FUENTE EMOL

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